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La Polinesia Francesa tiene un entorno idílico con el que todo el mundo sueña: hermosas lagunas, paisajes impresionantes, islas paradisíacas en el fin del mundo, puestas de sol flameantes. Los cinco archipiélagos representan el paraíso, en el inconsciente colectivo de la gente.
La Polinesia es un destino especialmente popular para los recién casados, pero también ofrece multitud de actividades para los amantes del deporte y la naturaleza, y especialmente para los amantes del mar.
La Polinesia Francesa está formada por 118 islas (34 islas volcánicas altas y 84 atolones), agrupadas en cinco archipiélagos, cada uno con una individualidad física y cultural distinta. El primer archipiélago, las Islas de la Sociedad, cuenta con 14 islas (9 islas y 5 atolones), divididas en las Islas de Barlovento (Tahití, Moorea, Tetiaroa) y las de Sotavento (Bora Bora, Maupiti, Huahine, Raiatea, Taha’a), todas las islas del archipiélago están rodeadas de hermosas lagunas.
Al norte, 76 atolones conforman el archipiélago de las Tuamotu, que se extiende a lo largo de 1.500 kilómetros. Estos atolones tienen los colores del paraíso y, a diferencia de las Islas de la Sociedad, son bajos y están a nivel del mar, de ahí el nombre de «islas de coral«. Al sureste de las Tuamotu se encuentra el archipiélago de Gambier, formado por 9 islas volcánicas, al parecer, es aquí donde se encuentran las más bellas perlas negras del Pacífico.
Al sur se encuentra el Archipiélago Sur, formado por cinco islas altas: Rurutu, Tubuai, Rimatara, Raivave y Rapa, son islas montañosas y de difícil acceso. Este archipiélago es uno de los menos conocidos de la Polinesia Francesa, a 1500 kilómetros al norte de Papeete se encuentra el archipiélago de las Marquesas, comprende unas quince islas, pero sólo seis de ellas están habitadas: Nuku Hiva, Hiva Oa, Huka Ua, Fatu Hiva y Tahuata.
La principal isla de la Polinesia es Tahití, con 118.000 habitantes. Su capital es Papeete (se pronuncian todas las vocales), donde vive la mayor parte de la población polinesia.
La Polinesia ofrece una multitud de actividades. Es un lugar de ensueño si te gusta el buceo. Por ejemplo, en Bora Bora, con sólo una máscara, podrá admirar innumerables peces tropicales, rayas, morenas y barracudas. Los más habilidosos también pueden bucear con ballenas jorobadas en Rurutu, en las Islas Australes, en la época de su migración, entre julio y octubre.
Para los amantes del deporte, hay varias excursiones (Tahití, Moorea, Raiatea, Nuku Hiva) que permiten descubrir magníficos paisajes, o se puede montar a caballo (Huahine, Hiva Oa). El surf es una de las actividades favoritas de los polinesios. En Tahití se encuentran algunos de los puntos de surf más famosos del mundo.
Los aficionados a la historia pueden explorar lugares sagrados como: Marae Taputapuatea (en Raiatea), el lugar más importante de la mitología polinesia; los petroglifos de Omoa (en Fatu Hiva) o los restos de Maeva (en Huahine). También puede visitar: el Museo de Tahití, para familiarizarse con la cultura ancestral polinesia; el Museo de la Perla (Papeete) o la catedral y las iglesias de Rikitea (en Gambier).
La Polinesia también ofrece un entorno excepcional para la luna de miel, y los operadores turísticos ofrecen ventajas o descuentos a los recién casados. Las islas son muy diversas y también se pueden descubrir en un crucero.
No hay mejor momento para visitar este hermoso país. En la Polinesia Francesa hay dos estaciones: la estación cálida y la estación seca. En general, se puede visitar la Polinesia en cualquier época del año. Los periodos de temporada alta son las vacaciones de Navidad y Año Nuevo, y los meses de julio y agosto.
La temporada más calurosa va de noviembre a abril, con temperaturas más altas, pero también con lluvias, que afortunadamente nunca duran mucho, aunque a veces son frecuentes y torrenciales. La estación seca va de mayo a octubre. El clima es más fresco durante este periodo, pero seco, con precipitaciones normales o escasas.
No es raro encontrar un clima completamente diferente a poca distancia. Este es el caso de las islas, donde por un lado el mal tiempo puede durar varios días y por el otro el sol brilla. De junio a agosto sopla con frecuencia un viento, el «Maraamu«, que puede agitar mucho el mar y las lagunas, las laderas de las islas montañosas expuestas a los vientos son las zonas más afectadas por el mal tiempo.
En cuanto a la temperatura del agua, aunque la estación seca ofrece un baño muy agradable, la estación cálida ofrece una temperatura del mar más elevada.
La Polinesia Francesa ofrece una amplia variedad de alojamientos, desde pensiones familiares hasta hoteles de cadenas internacionales de lujo. Los hoteles pueden tener desde unas pocas habitaciones en los establecimientos más pequeños hasta más de cien en los más grandes.
La Polinesia, aunque es francesa, no está en la zona euro. La moneda local es el franco del Pacífico (CFP). Se puede retirar de los cajeros automáticos, pero también se puede cambiar por euros en las oficinas de cambio.
Las tarjetas bancarias son ampliamente aceptadas en tiendas, restaurantes y hoteles. Sin embargo, si se viaja a atolones e islas con poco desarrollo turístico, no siempre se aceptan las tarjetas bancarias y no existen cajeros automáticos.
No hay vuelos directos a la Polinesia desde Italia, la mayoría de los vuelos incluyen una escala inicial en Londres, París o Tokio, antes de cambiar a San Francisco o Los Ángeles. También hay vuelos directos a la Polinesia desde París, proporcionados por Air France y la compañía polinesia Air Tahiti Nui.
Los precios varían según la temporada: de principios de noviembre a mediados de diciembre y de finales de diciembre a principios de abril, es la temporada baja; de finales de junio a finales de agosto, o durante las vacaciones de Año Nuevo, es la temporada alta. El aeropuerto de Faa, cerca de Papeete, es el único punto de llegada.
Los ciudadanos italianos no necesitan visado para estancias inferiores a 3 meses, pero el pasaporte es obligatorio y debe ser válido durante al menos 6 meses después de la fecha de regreso.
Sin embargo, para las escalas en San Francisco o Los Ángeles, tendrá que cumplir la nueva normativa sobre pasaportes exigida por las autoridades estadounidenses.
Para ir de una isla a otra se utilizan avionetas o goletas (barcos de vela). Hay varias conexiones en ferry o catamarán al día entre Tahití y Moorea, el viaje dura unos 45 minutos. Se pueden comprar billetes para visitar las distintas islas, o se pueden utilizar pases que permiten realizar varios viajes entre las islas, los pases también son utilizados por la población local, hay varios y cambian según lo que se quiera ver o visitar.
Air Tahiti opera vuelos internos a 41 islas desde Tahití. Hay lanzaderas cada hora entre Tahití y Moorea (el tiempo de vuelo a Moorea es de unos 10 minutos). La terminal para vuelos nacionales se encuentra a la izquierda del aeropuerto de Tahití Faaa.
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