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El castillo suabo de Trani se empezó a construir en 1233, por orden del rey Federico II de Suabia, y se terminó en 1249, año en el que se completaron las imponentes obras de fortificación. La fortaleza fue construida en un banco rocoso en el centro del puerto de Trani.
El emplazamiento era muy estratégico: entre los siglos X y XI ya se había erigido allí una torre con funciones defensivas, incorporada posteriormente al castillo de Suabia. Estamos en una zona de aguas poco profundas y las fortificaciones estaban destinadas a preservar los territorios de atrás en caso de invasiones desde el mar.
Federico II lo utilizó como prisión y ejecutó a opositores políticos, como Pietro, hijo del dux veneciano Jacopo Tiepolo, que fue colgado de una torre del castillo tras la derrota de Cortenova en 1237.
El hijo de Federico, Manfred, se alojó a menudo aquí y se casó allí en su segundo matrimonio.
Tras haber cambiado de manos varias veces después de la época suaba, pasó a ser propiedad de Carlos V bajo el dominio español, y posteriormente fue una prisión provincial central en 1832. Durante unos cien años, la fortaleza fue la corte real de la provincia de Terra di Bari, entre 1586 y 1677.
En 1936 fue declarado Monumento Nacional.
Originalmente de forma cuadrangular, tenía torres cuadradas en las esquinas y un patio central. Un muro de contención cubría los tres lados hacia el terreno. Entre el castillo y tierra firme había un foso, quizá de origen natural.
Cuando el castillo fue entregado a los españoles en 1533, Carlos V lo modificó radicalmente, ya que la tecnología había evolucionado entretanto y era necesario protegerlo contra el fuego de los cañones. La estructura suaba no había tenido en cuenta la pólvora. Se construyeron dos baluartes para fortificar dos de las torres de las esquinas y se reforzó el lado sur hacia tierra firme.
El estado actual del castillo es el resultado de las reformas realizadas en el siglo XIX antes de que se convirtiera en prisión.
Situado a tres cuartas partes del agua, el castillo de Suabia es una maravilla en el fabuloso marco de la ciudad de Trani. Se inspiró en los castillos de los cruzados en Tierra Santa y la finalidad de la fortaleza era proteger el Reino de Sicilia.
En el castillo suabo de Trani hay una curiosidad: el misterio del fantasma de Armida -quizá la condesa de Caserta, Sifridina, que estuvo presa en la fortaleza durante once años y probablemente murió dentro-, una adúltera que traicionó a su marido con un caballero y éste, cegado por los celos, la apuñaló y la dejó morir en una de las mazmorras del castillo. Desde el día de su muerte, el espectro de la mujer, caracterizado por una larga cabellera de color cuervo y unos penetrantes ojos azules, vagaba por el castillo en busca de su amante. La leyenda atrajo a un grupo de cazadores de fantasmas en 2013, que se quedaron unas cuantas noches en el castillo de Suabia. Su búsqueda fue infructuosa.
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