París en tres días: qué hacer y qué ver

Qué ver y hacer en París en tres días, con consejos sobre descuentos, tarifas, museos y lugares para comer.

Ver París en tres días es ciertamente valiente; la cantidad de monumentos, atracciones, museos y excelentes restaurantes hacen de la capital francesa una ciudad para quedarse al menos una semana entera. Pero para los que tienen menos tiempo, tres días también pueden ser suficientes, sobre todo si tienes las herramientas adecuadas.

París en tres días: qué hacer y qué ver

Antes de salir, es aconsejable comprar el Paris Pass, un billete único que puede comprarse en línea y descargarse en su smartphone, y que le da acceso gratuito a más de 75 atracciones, museos, transportes públicos como el servicio de autobús City Sightseeing o los Bateaux Parisiens, los barcos del Sena. Lo que se ahorra se puede utilizar para cenas en restaurantes de lujo de alta cocina francesa.

Para desplazarse, utilice los autobuses Hop On Hop Off City Sightseeing, que le permiten subir y bajar en puntos estratégicos para evitar largas caminatas.

Hay autobuses que salen cada 5-10 minutos de las paradas, desde las 9:30 hasta las 19:00 horas. Si lo prefiere, también puede utilizar el metro, que tiene parada en muchos de los monumentos pero no le permite disfrutar de las vistas de París en su trayecto.

Para los más deportistas, también hay un cómodo servicio de bicicletas y patinetes eléctricos, con la posibilidad de abonos diarios o semanales.

Qué ver en París el primer día

Imaginando que la mañana del primer día se aprovecha para llegar a París, cansado del viaje, la mejor opción para comenzar los tres intensos días de visita de la mejor manera, es un paseo en barco a bordo de los Bateaux Parisiens Promenade, cuyos billetes se pueden comprar siempre por Internet. El servicio ofrece un recorrido de una hora, con salidas cada hora desde las 12 hasta las 21 horas y una visita guiada que se puede escuchar en el smartphone. La salida y el regreso se realizan en el Puerto de la Bourdonnais, al pie de la Torre Eiffel, de este modo, también podrá visitar de cerca el monumento más famoso de París.

Tras el paseo en barco, le recomendamos que se dirija a los Campos Elíseos, donde podrá elegir entre restaurantes gourmet, bistrós o puestos de comida callejera francesa al acercarse a las Galerías Lafayette. Para los románticos, si aún no se ha cansado del Sena, considere la posibilidad de cenar a bordo de uno de los restaurantes Bateaux Parisiens para disfrutar de la travesía por la noche.

Antes de ir a dormir, una visita obligada es la plaza del Trocadero, para admirar la vista de la Torre Eiffel, que por la noche los cinco primeros minutos de cada hora se ilumina con miles de bombillas.

Segundo día de turismo intensivo en París:

¿Qué mejor manera de empezar su segundo día de turismo en París que con un buen desayuno típico francés? Dulce o salado, París cuenta con las mejores pastelerías, boulangeries y cafés con excelentes desayunos, a base de brioches, croissants o brioches rellenos.

En este punto, lo mejor es dirigirse directamente a la Ile de la Cité para admirar la impresionante catedral de Notre Dame, aún no abierta a los visitantes tras el incendio. También merece la pena visitar el Palacio de la Cité, que alberga el Palacio de Justicia, la Sainte-Chapelle, que contiene las reliquias de Cristo, con maravillosas vidrieras góticas, y la Conciergerie, antiguamente utilizada como prisión.

Al final del día, merece la pena ir a comer una baguette rellena a Los jardines de Luxemburgo, o a un restaurante del Barrio Latino, una zona nostálgica, donde también se puede admirar el Panteón, con los restos de Victor Hugo y otros artistas, la Universidad de la Sorbona para disfrutar de un buen café en la Plaza de la Sorbona, y las iglesias de Saint Severin y Val de Grace.

Para cenar, diríjase al bohemio barrio de Montmartre para ver un espectáculo y cenar en el Moulin Rouge, siempre con reserva. Para rematar el día, puede ir a la Plaza del Terreno, frente a la basílica del Sacré-Coeur, para dejarse retratar por uno de los muchos artistas callejeros.

Tercer y último día:

De nuevo, tras un buen desayuno, esta vez quizás con unos excelentes macarons, podrá dedicarse a una visita guiada al Museo del Louvre, para admirar las principales obras, como la Mona Lisa de Leonardo da Vinci.

Si no quiere perder el tiempo, puede pensar en comer en la calle, con galettes o crepes saladas, en autobús o en bicicleta por los Campos Elíseos hasta el Arco del Triunfo desde la Plaza de la Concordia.

Si aún tiene tiempo, antes de regresar, también merece la pena visitar el Museo de Orsay, para disfrutar de las obras maestras del impresionismo francés.

¡Así que ha demostrado que ver París en tres días es posible!

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