Una de las mejores formas de explorar Europa es el tren. Los viajes en tren en lugares como Francia, Bélgica y Holanda son eficientes y cómodos, y permiten ver más paisajes que en avión. Para ver lo mejor de Europa Occidental en una sola semana, planifique un viaje de París a Ámsterdam en tren. Por el camino, haga una parada en lugares como Bruselas, Brujas y Delft, y después vuelva a subirse al tren para continuar su inolvidable escapada europea.
Itinerario de Paris a Ámsterdam en tren
Para inciar con la travesura de viajar en tres por Europa e ir de París a Ámsterdam, es impotante tener claro el recorrido. Así que, tome nota:
París (3 noches)
Comience su aventura en París, un destino conocido como la Ciudad de la Luz y la Capital de la Moda. Desplegada sobre las orillas del río Sena, París alberga un asombroso número de monumentos históricos, museos y galerías de arte. Los entusiastas del arte no querrán perderse el Louvre, donde podrá ver la Mona Lisa, o el Museo de Orsay, repleto de obras de Monet y Van Gogh. También querrá ver la increíble catedral de Notre Dame, la emblemática Torre Eiffel y el impresionante Arco del Triunfo, los tres ya emblemáticos de París. Si tiene tiempo, también puede aventurarse a las afueras de la ciudad para ver el magnífico Castillo de Versalles, que fue hogar de María Antonieta y Luis XVI.
Bruselas (2 noches)
En menos de dos horas de tren, puede salir de París y llegar a Bruselas (Bélgica). Bruselas es conocida como una especie de crisol donde se mezclan las culturas y hay varios idiomas oficiales. Mientras esté en Bruselas, seguro que querrá visitar algunos de los lugares más importantes de la ciudad, entre los que se encuentran la estatua de bronce del Manneken Pis, la atrevida estructura del Atomium construida en 1958 y la Basiliek van het Heilig Hart, que es una de las mayores iglesias de Europa Occidental. También puede disfrutar de la increíble colección de arte de los Musées Royaux d’Art et d’Histoire, de alguno de los espectáculos y actuaciones del Centro de Bellas Artes de Bozar o de las compras de encaje o chocolates belgas en los numerosos mercados al aire libre que rodean la plaza central, conocida como Grand Place-Grote Markt.
Brujas (1 noche)
Haga su siguiente parada en tren en Brujas, otra ciudad belga que se encuentra a una hora de Bruselas y que es realmente pintoresca. Su arquitectura está maravillosamente conservada, y muchos visitantes consideran que Brujas está sacada de un cuento de hadas. Le encantará recorrer la capilla gótica de la Basílica de la Santa Sangre, participar en una visita y degustación en la histórica cervecería De Halve Maan, subir al campanario en el centro de la Grote Markt y admirar las obras de los artistas locales en el Museo Groeninge. Brujas es también un lugar espectacular para explorar los canales en barco o dar un paseo por las murallas y puertas medievales que antaño protegían toda la ciudad.
Delft (1 noche)
A sólo dos horas en tren se llega a Delft, una ciudad holandesa quizá más conocida por su icónica cerámica blanca y azul. Delft también cuenta con una importante cantidad de arquitectura histórica conservada y con impresionantes canales, lo que hace que la ciudad se sienta como una Ámsterdam más tranquila y menos turística. Durante su estancia en Delft, haga un hueco para visitar la Iglesia Vieja, o Oude Kerk, que data del siglo XIII. A continuación, visite su homóloga, la Iglesia Nueva, que aún tiene más de 500 años. También podrá disfrutar de una visita a la Real Fábrica de Porcelana de Delft, un paseo por el molino de viento Molen de Roos y algunas compras en los mercados locales de bric-a-brac.
Ámsterdam (3 noches)
Finalice el viaje en tren en Ámsterdam, la capital de los Países Bajos. Puede que Ámsterdam sea más conocida por su Barrio Rojo, pero la ciudad de los canales tiene una historia increíble y un paisaje impresionante. Disfrute de una excursión en barco por los canales, explore la arquitectura medieval a pie en el centro histórico, compre tulipanes en el Bloemenmarket y busque algunas de las casas medievales de madera que aún se conservan en el centro de la ciudad. Para el arte y la historia, Ámsterdam es una auténtica meca, así que tómese su tiempo para visitar la Casa de Ana Frank, el Museo Van Gogh y el Rijksmuseum.
