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Lanzarote, al igual que el resto de las Islas Canarias, es un destino para todo el año, por lo que siempre que decida visitar, lo más probable es que encuentre sol y buen tiempo.
¿Cuál es la mejor época para visitar Lanzarote?
Dependiendo de la temporada y de las vacaciones, visitar la isla le proporcionará una experiencia diferente cada vez (teniendo en cuenta sus expectativas, por supuesto). Así que aquí tienes una guía sobre cuándo ir a Canarias, pero sobre todo a Lanzarote.
En verano
La mejor época para ir a Canarias y, por tanto, a Lanzarote, es sin duda el verano, el verano se considera la temporada alta, especialmente entre los meses de julio y agosto. Con los niños en casa después de la escuela, muchas familias del Reino Unido, España y toda Europa se dirigen a Lanzarote para pasar sus soleadas vacaciones. Esto significa que durante los meses de julio y agosto Lanzarote se llena de gente y los precios tienden a subir un poco, así que si está planeando visitarla durante este periodo, debería reservar con antelación ya que puede que no haya muchas ofertas de última hora disponibles.
En primavera
El mes de mayo, en cambio, suele ser tranquilo y relajado, con pocos turistas en comparación con los últimos meses del verano. Así que, si quiere evitar las multitudes, puede optar por unas vacaciones entre marzo y mayo, pero tenga cuidado de evitar la Semana Santa, la semana anterior a la Pascua cristiana, ya que es otro momento de gran actividad para Lanzarote, como lo es para todos los demás destinos con cultura hispana.
En otoño
Otra época ideal es entre septiembre y octubre, cuando las playas y la isla se vacían de turistas de verano, los lanzaroteños vuelven a sus ocupaciones y los niños al colegio. El clima es excelente, ya que no hace tanto calor como en agosto, pero tampoco es tan suave como en diciembre.
En invierno
El invierno es un buen momento para visitar Lanzarote, ya que el frío se está apoderando del continente y las Islas Canarias siguen siendo uno de los pocos destinos soleados y cálidos en el invierno europeo, si quiere ponerse moreno en invierno, es una gran opción y no le defraudará, aunque las temperaturas nunca serán tan altas como en la temporada de verano. Durante el día seguirá habiendo temperaturas entre 20 y 24°C, pero no tendrá días calurosos y abrasadores como en agosto. Sin embargo, para muchos turistas esto es genial y es exactamente lo que buscan, pero para otros puede no ser lo suficientemente cálido.
A mí nunca me ha disgustado el invierno, sobre todo porque las carreteras están despejadas, se puede disfrutar de prácticamente todas las playas y atracciones de la isla sin las multitudes de la temporada alta y el sol no calienta tanto como en verano. Sin embargo, por otro lado, puede encontrarse con días nublados o lluviosos, que nunca serán tantos como los soleados.
Otras épocas interesantes para visitar Lanzarote son entre febrero y marzo, cuando se celebra el Carnaval, o el periodo navideño, cuando se puede participar en el famoso desfile de Papá Noel en Puerto del Carmen.
La temporada de lluvias
No hay una verdadera temporada de lluvias en Lanzarote, pero la lluvia es más común entre diciembre y marzo que durante el resto del año, cuando llueve poco. Pero cuidado, esto no significa que el tiempo sea malo durante estos meses o que llueva constantemente, por el contrario, incluso cuando llueve, el tiempo suele ser suave, ya que las temperaturas no bajan tanto como en Italia u otras partes de Europa.
La temporada de vientos
A menudo me hacen esta pregunta: «¿Cuál es la estación más ventosa en Lanzarote? Así que tal vez pueda evitarlo…». Lo cierto es que el viento está presente todo el año, pero se siente más durante los meses de verano, cuando hace mucho calor en el exterior.
¿Y qué? ¿Cuándo es mejor visitar Lanzarote?
Como he mencionado antes, abril, mayo, septiembre y octubre son los meses ideales para visitar Lanzarote, porque el clima es cálido, el agua tiene una temperatura agradable y la isla suele estar menos concurrida. Así que, como preferencia personal, recomiendo la primavera y el otoño: la primavera porque con la llegada de la estación cálida los días se alargan, el calor no aprieta y no hay mucha gente que «moleste» en las vacaciones; el otoño porque sigue pareciendo un verdadero verano, pero sin todos los inconvenientes, como las temperaturas exageradas, las playas abarrotadas y los precios más altos del alojamiento.
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