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Recientes excavaciones en Alemania han revelado un aspecto fascinante de la vida de los neandertales, desafiando la idea convencional de que eran seres simples y poco inteligentes. En un sitio conocido como Neumark-Nord, los arqueólogos han descubierto lo que se ha denominado una ‘fábrica de grasas’ que data de hace aproximadamente 125,000 años. Este hallazgo no solo ofrece una mirada a las prácticas alimenticias de estos antiguos humanos, sino que también destaca su capacidad para organizarse y planificar. ¿Te imaginas el nivel de sofisticación que esto implica?
Un vistazo a la ‘fábrica de grasas’
En el contexto de estos descubrimientos, se han recuperado cerca de 120,000 fragmentos óseos y más de 16,000 herramientas de sílex en Neumark-Nord. Las evidencias indican que este lugar era utilizado como un centro de procesamiento donde los neandertales no solo cazaban, sino que también extraían grasas de los huesos de los animales. El análisis de estos materiales, junto con pruebas del uso del fuego, confirma que los neandertales llevaban a cabo un proceso sistemático y organizado para obtener sus recursos alimenticios. ¿Quién hubiera pensado que estos humanos antiguos eran tan ingeniosos?
Un estudio publicado en la revista Science Advances describe cómo los neandertales rompían deliberadamente los huesos largos para extraer el tuétano, que luego hervían durante horas para obtener grasa pura. Esta grasa no solo era separada, sino que parece que era conservada o consumida, lo que sugiere un conocimiento avanzado sobre la manipulación de alimentos y la necesidad de conservar recursos. Además, se presume que utilizaban recipientes rudimentarios fabricados con cortezas, estómagos de animales o pieles para facilitar este proceso. ¡Realmente sorprendente!
Un comportamiento complejo y estratégico
La actividad de extracción de grasas no era algo improvisado; requería una planificación meticulosa que abarcaba desde la caza hasta el transporte de las carcazas y la gestión del fuego. Todo esto sugiere que los neandertales eran capaces de pensar en términos de sostenibilidad y eficiencia a largo plazo. La variedad de restos óseos encontrados, que pertenecen a grandes animales como caballos y ciervos, revela que seleccionaban específicamente las partes más ricas en nutrientes, evidenciando un profundo conocimiento de la anatomía animal y su aprovechamiento energético. ¿No es asombroso cómo entendían su entorno?
Entre los hallazgos también se encontraron restos carbonizados de nueces, bellotas y ciruelas, lo que sugiere que los neandertales no se limitaban a hervir huesos para extraer grasa, sino que enriquecían sus comidas con ingredientes vegetales. Esto no solo mejora el sabor, sino que también aumenta el valor nutricional de su dieta, demostrando un enfoque más integral y consciente de la alimentación. ¿Te imaginas el banquete que podrían haber disfrutado?
Desafiando los estereotipos sobre los neandertales
La revelación de esta ‘fábrica de grasas’ en Neumark-Nord contribuye a desmantelar el estereotipo de los neandertales como seres primitivos y poco inteligentes. En lugar de ello, se les presenta como cazadores altamente organizados, con una capacidad notable para planificar y adaptarse a su entorno. Investigadores destacados en este campo, como Ludovic Slimak y Bruce Hardy, han señalado que este hallazgo es uno de los más significativos en años recientes, confirmando la complejidad de la dieta neandertal y su vida cotidiana basada en la previsión y la eficiencia.
La comprensión de que los neandertales vivieron en esta área durante al menos 300 años, utilizando prácticas alimentarias continuas y adaptativas, refuerza la idea de que su cultura estaba en constante evolución. Esto sugiere que, de alguna manera, se asemejaban a los humanos modernos en su capacidad para interactuar con el entorno de manera efectiva y sostenible. ¿No te parece fascinante cómo nuestra historia está llena de sorpresas?